7 miradas a la BAU
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Este artículo del proyecto mARTadero, lanzado desde una mirada de vecindad, es un aporte al pensamiento colectivo y progresivo y a la construcción social a través del arte.


ARTE PARA CRECER

«Un arte que está conectado con lo que sucede mundialmente: el camino de derrota al neoliberalismo… «
Macedonio Montaño, vecino de Villa Coronilla de toda la vida

 

Una pared está triste sin nada. Gracias a las obras de arte que han podido hacer los distintos artistas que nos visitaron estas semanas, nuestro barrio mejora. Varias fachadas se han convertido en cuadros bellísimos, muy expresivos, con temáticas naturales, humanas… desencadenando opiniones diversas, como es normal. Las plazas y calles se han llenado de diversidad de colores, reciclando objetos y espacios, dando más vida a lo cotidiano. Y lo que más nos gusta es que es un arte al alcance del pueblo: la gente lo entiende, le gusta, uno puede reconocer su personalidad en ellos. Esta interacción arte-vecindario accesibiliza a el arte, facilita el diálogo, la participación progresiva en la Plataforma de Vecinxs que nos ayuda a luchar. Si tuviéramos más compromiso con el barrio, nuestra zona sería más bonita. Hay que ir puliendo y poco a poco socializando qué es el mARTadero y el trabajo que tenemos desde él, aunque sea un trabajo lento y largo. Debemos atraer a más, aunque sean a veces apáticos. Creen que cultura es solamente ver obras de arte, libros, ir al teatro, y no saben que es también el mejoramiento del barrio, la construcción de Futuro… interiorizando los problemas que tenemos y cómo superarlos. Hay un montón de gente que tiene estigmatizado al barrio, piensan hay una cantidad de vándalos, por esas casas de prostitución, chicherías, etc. Pero no es así.

Nos han invitado a ser parte de la BAU desde la convocatoria, calificando las obras, viendo el tipo de propuestas, de las que había mucho que rescatar pero también otras que sonaban a burla. Nos agradó mucho participar y nos gustó más la bienal porque hace dos años era una sola ruta y eran pocas personas que se animaban a hacer pintar sus paredes, pero para éste había mucha más gente que quería. Los muros intervenidos eran artísticos, pintorescos, lo que uno busca. Los vecinos han empezado a ver y todos querían que les pinten cosas bonitas, no solamente aquellos graffitis agresivos, aunque si tú te paras y los miras también son interesantes, alternativos. En cambio, esta vez  ha habido, no sé si es por la calidad de arte o por el tipo de murales, más contenido, y también se ha enfatizado en el tema género; por eso creo que muchas personas se han convencido. Y por los mismos colores, más llamativos. Yo creo que los del mARTadero han tratado de abarcar lo que han podido.

Por todo ello, a mi me ha gustado mucho este año. Nos comunicamos con los artistas sobre los temas, y las figuras o colores. Queríamos que pinten el pasaje y que participemos con los niños. Vinieron y se hizo lo que se pudo, entre tantos. Igual se intervinieron tres muros. Esa noche se cortó la luz, mientras se estaba viñeteando un murito, y uno de los chicos alumbró con su moto; cuando la batería se estaba por acabar, no sé de cómo salió uno de los vecinos y le dijo a su hijo que tenía la movilidad en la puerta -“hijo ilumínales” y así iluminó el pasaje para trabajar. A mí me gustó eso porque salieron todos los vecinos, se pusieron a mirar, fue bonito. Se pensó incluso en cambiarle el nombre al pasaje por “Pasaje de la Vida” porque iba a tener pajaritos, mariposas, cosas naturales… Me parece que es algo innovador en el barrio porque antes no había este arte que vemos ahora. Los que trajinamos todos los días al trabajo, hemos tenido el placer de ver construir tan bonitas las obras de arte que han hecho y hablar con artistas. Una de ellas me decía “es nuestro don”, y yo me preguntaba ¿qué es un don? .

Espero que para la próxima sea mejor. Para una tercera bienal más gente va querer que se les pinte su muro. Este barrio ha mejorado mucho los últimos años, hay más gente y ha crecido bastante. Siempre vamos a apoyarlos. A todos nos gusta ver arte y a artistas que están trabajando para colaborar. Hemos de entender que hay otros problemas: la basura acumulada, el alcantarillado defectuoso, las flotas invadiendo calles, las plazuelas abandonadas.  Debemos componer entre todos una visión completa, más perfecta… porque de qué sirve que  el cuadro esté bien pintado si la basura está derramada y las bancas rotas. Por eso, creemos que el encuentro debería ser anual, ya no bienal, porque ahora son pocos los murales arruinados y es porque los vecinos los cuidan, los aprecian. Si fuera anual, poco a poco se pondrían en fila todos los muros para ser intervenidos y tendríamos cuadras llenas de murales de todo tamaño, llamativos.

Este artículo del proyecto mARTadero, lanzado desde una mirada de vecindad, es un aporte al pensamiento colectivo y progresivo y a la construcción social a través del arte.